Los locos años 90 que hicieron posible la vanguardia española
El fin de la guerra fría, la entrada en la UE y la modernización de España crearon el caldo de cultivo para que unos cocineros pasadísimos de todo -también de talento- destronaran a Francia.
Cundo escribí El inútil gesto de soplar la sopa demasiado caliente sugerí que alguien debía poner algo de contexto a aquellos años del boom gastronómico español. Puesto que nadie lo ha intentado desde entonces pues pongamos un poco de contexto. Solo tengan en cuenta, por favor, que yo no soy ni historiador, ni economista, ni sociólogo.
Los años 90 del siglo pasado estuvieron marcados por el optimismo. Aunque un poco más 30 años después, ese sentimiento se haya desvanecido -de hecho lo hizo mucho antes- y el mundo que nos toca vivir invita más bien poco o nada a la alegría, lo cierto es que la década de los 90, con la caída del muro de Berlín en 1989, empezaba con la esperanza de un mundo mejor -o menos malo- gracias el final de la guerra fría. Sobre todo, claro, si tenías la suerte de vivir en un país occidental.
Pero visto con nuestros ojos de ahora, que sabemos que el final de la historia, que anunció Francis Fukuyama1, ha quedado pospuesto indefinidamente, es lógico que pensemos que, entonces como ahora, abandonarse al entusiasmo no tenía mucho sentido.
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