Drops of God: o todo lo que odio del mundo del vino
La ficción audiovisual, por lo general, ha tratado muy mal a la gastronomía, ofreciendo una visión estereotipada y romantizada hasta a la náusea, muy alejada de la realidad y haciéndole un flaco favor
Acabo de hacer una maratón de una serie que me recomendó un compañero de trabajo, que me la vendió como un un «retrato precioso del mundo del vino». ¡La madre que lo parió! Ocho capítulos de casi una hora cada uno, repartidos en dos sesiones. Y la conclusión es, tristemente, la misma de siempre. La ficción audiovisual, da igual que se trate de una pelíc…
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